jueves, 4 de septiembre de 2014

El viejo y el mar.

¿Quién no ha oído alguna vez hablar de esta obra o de Hemingway? Un clásico de la literatura estadounidense. Por eso decidí darle una oportunidad. 

Sabía desde el primer momento que era completamente diferente de lo que suelo leer. Aún así, y aunque no puedo decir que el argumento me haya entusiasmado, tiene algo que me ha gustado. Puede que haya sido la forma en la que está escrito; alternando sus pensamientos y monólogos en voz alta. Quizá es la metáfora o el mensaje que quiere transmitir el autor. O una mezcla de ambas.

Superficialmente, se trata de una lucha entre el viejo y un pez enorme al cual logra capturar, pero que luego pierde debido a que éste es devorado por los tiburones. Sin embargo, si te paras a analizar la obra, puedes ver que lo que quiere decir el autor va mucho más allá: si un hombre es capaz de hacer frente a su destino (por muy gris que sea) y se niega a rendirse,  habrá vencido y nunca podrá ser derrotado. Porque como dice Hemingway "el hombre no está hecho para la derrota; un hombre puede ser destruido, pero no derrotado".

En pocas palabras: un libro cortito, con un mensaje subliminal muy interesante y escrito de forma genial. Aunque, en mi opinión, algo decepcionante teniendo en cuenta su fama.

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