“El miedo a los inmigrantes, al otro, a los bárbaros, será nuestro
primer gran conflicto en el siglo XXI”. Tzvetan Todorov
Dice Agus Morales, al poco de comenzar su libro No somos refugiados, que “quería escribir un libro sobre personas que
huyen de la guerra, de la persecución política y de la tortura. Quería escribir
un libro que siguiera sus vidas, que no se detuviera en el instante traumático de
la guerra o en la alegría de la acogida. Quería escribir un libro infinito, con
historias que no se acaban nunca. Quería escribir un libro sobre personas que
secciones oficiales y no oficiales de Occidente quieren convertir en el enemigo
del siglo XXI. Quería escribir un libro sobre refugiados”.
Al final, después de tenerlo todo prácticamente listo, se
dio cuenta de que “refugiado”, esa
palabra tan frecuentemente escuchada hoy en día, podría entenderse como un producto
occidental, ya que las personas que cabrían en esa categoría y deberían poder
recibir la protección internacional que va unida a ella, no se sentían
refugiadas. “Nunca ha habido tantas
personas que no sabemos cómo llamar, pero que huyen de la violencia y no tienen
protección”, dice Agus. Pum. Primer golpe en la mesa. No sabemos cómo
llamarlos, pero sabemos lo que no son: no son refugiados.
Y personas. Son personas. Obviedad que en multitud de
ocasiones, como recuerda el autor, se olvida. Personas. Realidad que es
necesaria reforzar, porque antes de cualquier otro calificativo, todos somos personas.
El hecho de remarcar este aspecto-quizá irrelevante para muchos- es lo que hace
que el trabajo de Agus sea tan potente y especial. Él se toma su tiempo para
humanizar a los entrevistados; no se queda en la herida, sino que se adentra en
su vida, buscando el antes, el durante y el después. Él acentúa ese
calificativo tan básico y a la vez tan olvidado. Ser persona.
A través de este libro y gracias a la colaboración de la
magnífica fotoperiodista Anna Surinyach, Agus Morales va analizando todas las
piezas que componen el puzle de la vida de los (no) refugiados. Va desmontando
los prejuicios, eliminando ideas preexistentes, mostrando la realidad que
muchos se niegan a ver. Su libro está estructurado en cinco partes. Cinco
claves fundamentales. Orígenes, huida, campos, rutas y destinos. Cinco pilares
vistos desde diferentes territorios y continentes. México, Sudán del Sur,
Siria, Afganistán, el mar Mediterráneo, el Tíbet, Europa. Sí, hemisferio norte
y sur. Y no, no afecta a todos por igual. La mayor parte de los desplazamientos
no son Sur-Norte, sino Sur-Sur. Pum. Otro golpe en la mesa que nos obliga a
abrir los ojos.
Anna Surinyach
Podría seguir extrayendo conclusiones y reflexiones del
libro; podría desmigajaros la totalidad de este…y aun así os recomendaría que
lo leyerais. Desde el prólogo del gran Martín Caparrós, pasando por las
maravillosas fotografías de Anna Surinyach y llegando hasta la última palabra
de Agus Morales. Porque tiene tanta fuerza, tanta pasión, tanto trabajo y tanto
sentimiento; que si no lo hacéis estaríais desaprovechando una oportunidad
única no solo de leer crónicas periodísticas de gran calidad; sino de aprender
también sobre un tema que va a seguir presente en nuestras vidas. Porque como
dice Agus, “en unas décadas, quizá todos
seamos refugiados-de nosotros mismos”.
Gracias, Agus Morales, por darnos el lujo de disfrutar de
este trabajo tan bien hecho. Con libros tan completos como este, el periodismo
y la literatura (que van cogidos de la mano) ganan y crecen exponencialmente.
¿Quién dijo que estaban en decadencia?