Lo diferente asusta. Todos queremos encajar, ser como los
demás, no llamar demasiado la atención. Nos da miedo destacar. Tememos al qué
dirán. Sin embargo, hay unos pocos valientes que se atreven a desafiar esta
sociedad tan homogénea, proclamando a los cuatro vientos que la diversidad es riqueza
y merece ser celebrada. Y amada.
Las que se atrevieron
es el homenaje de Lucía Asué Mbomío Rubio a su madre, una mujer española blanca
que se casó con un hombre ecuatoguineano negro todavía cuando el franquismo
estaba muy vivo en España. Pero no solo a ella, sino a todas esas valientes que
se negaron a conformarse con lo que se esperaba de ellas y decidieron apostar
por el amor, sin distinguir nacionalidad ni color de piel.
En este pequeño libro, Lucía entrevista a seis mujeres con
ese rasgo en común, con el fin de dar voz a esta realidad que es desconocida en
España. Todavía no se acepta que personas negras puedan haber nacido aquí. Se
sigue asumiendo que para ser español tienes que ser blanco. A través de este
libro, Lucía demuestra que esa simplificación dejó de ser real hace mucho
tiempo.
Esas relaciones de pareja son iguales que cualquier otra:
mismos problemas, mismas dificultades. Algunas duran mucho tiempo, otras se
quedan por el camino. Lo que todas defienden es el hecho de que el color de
piel no fue crucial en el desenlace. ¿Acaso por casarse con alguien blanco el
éxito del matrimonio está asegurado?
Todas estas mujeres se encontraron también con incomprensión
y sorpresa por parte de su familia y su círculo más cercano. Es cierto que ya
han pasado varias décadas, pero… ¿hemos cambiado tanto? Ojalá me equivoque,
pero creo que todavía en España sorprende ver a una pareja con diferente color
de piel. Puede que en las ciudades grandes no choque tanto, pero desde luego en
los pueblos todavía sigue convirtiéndose en la comidilla de turno.
Por eso este libro es necesario. Para rendir homenaje a esas
valientes. Para visibilizar esta realidad de la sociedad española. Para reflexionar
sobre la identidad unívoca y las identidades líquidas.
Para ver que el amor no entiende de culturas, nacionalidades
o tonos de piel.
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